En el vasto legado de la medicina tradicional andina, encontramos no solo conocimiento ancestral, sino una rica terminología quechua que describe con detalle la relación entre el cuerpo, el movimiento y la salud. Fernando Cabieses, en su obra Apuntes de Medicina Tradicional, nos revela una cosmovisión quechua que puede ofrecer perspectivas valiosas para los fisioterapeutas actuales, invitándonos a repensar nuestras prácticas con una mirada más amplia y humana.

Movilidad y Salud desde el Enfoque Holístico en el Quechua

Los antiguos quechuas, lejos de tratar la enfermedad como un fenómeno aislado, abordaban los trastornos físicos desde una perspectiva que integraba la movilidad y el entorno. La terminología que Cabieses detalla es un claro reflejo de esta visión. Palabras como taquicruni para describir una cojera, o purini para el simple acto de caminar, muestran cómo el idioma era capaz de captar sutilezas del movimiento y sus alteraciones. En lugar de reducir el diagnóstico a síntomas individuales, los quechuas comprendían la marcha, el equilibrio y las posturas como parte esencial del bienestar.

Este enfoque no se limita a la observación pasiva. El quechua integra en su léxico términos que distinguen entre tipos de movilidad reducida, como mucquyani para describir una parálisis de las extremidades, o natatayani para referirse a un impedimento total de los pies. Esta diferenciación evidencia una profunda observación del cuerpo humano, clave para una práctica fisioterapéutica efectiva.

La Fisioterapia como Heredera de una Sabiduría Ancestral

Para los fisioterapeutas, comprender estas distinciones no es solo un ejercicio etimológico, sino una oportunidad para redescubrir y aplicar principios fundamentales. En el quechua, la movilidad, el equilibrio y la fuerza no se perciben solo como atributos físicos, sino como expresiones del estado integral del ser humano. Esta idea conecta directamente con la filosofía de la fisioterapia moderna, que busca restaurar no solo la función, sino también la calidad de vida y el bienestar del paciente.

Cabieses resalta cómo los términos quechuas no se enfocan en la enfermedad en sí, sino en la experiencia humana de los cambios físicos. Así, la fisioterapia moderna puede beneficiarse al incluir una visión más holística en sus evaluaciones y tratamientos, reconociendo la importancia de observar al paciente como un todo.

Aplicando el Conocimiento Quechua en la Clínica Moderna

En un contexto clínico, estas distinciones lingüísticas quechuas pueden inspirar a los fisioterapeutas a ser más minuciosos y conscientes al evaluar la marcha, la postura y la movilidad de sus pacientes. De hecho, en palabras de Cabieses, el conocimiento quechua sobre la "cojera fingida" (cacani) y otros aspectos de la movilidad sugiere que la observación detallada es clave para un diagnóstico preciso, algo que se alinea con las técnicas de evaluación avanzadas que empleamos hoy.

Conclusión: Redescubriendo el Movimiento

El legado quechua, plasmado en las páginas de Cabieses, invita a los profesionales de la fisioterapia a no perder de vista el enfoque holístico en la atención al paciente. Al igual que los antiguos peruanos, quienes observaban y describían minuciosamente el movimiento humano, los fisioterapeutas de hoy pueden beneficiarse de una aproximación que va más allá de los números y las métricas, recuperando la conexión con las experiencias subjetivas del paciente y su entorno.

En última instancia, la obra de Cabieses es un llamado a redescubrir el valor de la tradición, no como una reliquia del pasado, sino como un puente hacia una fisioterapia más completa y empática.